Maya Hansen es una científica del universo Marvel. El personaje, creado por Warren Ellis y Adi Granov, apareció por primera vez en Iron Man. Maya Hansen también es el nombre de una diseñadora, una de las más prometedoras y de las más sólidas de la industria de la moda española.
La afinidad de Ana por la moda comenzó a temprana edad, formándose en la mejor de las enseñanzas para una diseñadora de moda, al crecer entre patrones y tejidos en el taller de confección de su madre. Todo ello influyó subconscientemente en su desarrollo posterior y experto conocimiento del entorno de la moda. Ana enfocó sus estudios superiores hacia las Bellas Artes, estudiando en la Universidad Complutense de Madrid donde desarrolló aún más su toma visual del mundo y su pasión por la belleza, calidad y creatividad.
Para
el diseñador malagueño todo (pintura, escultura, moda…) parte del
mismo lugar; la inquietud. Y es precisamente a mujeres inquietas a
quienes van dirigidas sus prendas: “Un traje en sí no es sexy,
clásico, elegante o femenino.La
mujer es el fin de nuestro trabajo,
lo más importante de nuestra colección” aclara él. Un intento,
por otra parte, nunca exento de polémica.
Si con su primer desfile en Cibeles hizo saltar todas las alarmas al
cubrir la cabeza de las modelos, su intento de transgredir y provocar
ha ido un tanto en detrimento, aunque sin llegar a abandonarle,
quizás porque nunca fue su objetivo principal. “No busco la
provocación”, afirma. A lo que añade: “Más que provocar, me
gusta emocionar.
Crear imágenes abiertas a interpretaciones. Ya lo decía Bourgeois,
lo importante son las ideas y las emociones. Todo lo que nos
agitenos
hace sentirnos más vivos e intensos”.
No
es difícil distinguir una pieza de ropa o un objeto que pertenezca a
una de las colecciones de Agatha
Ruiz de la Prada.
Los colores llamativos y los corazones son su insignia inconfundible,
que la ha llevado a ser una de las empresas más rentables de España
e incluso a nivel internacional. La firma, que cumple
30 años y estrena fundación,
empezó a funcionar a principios de los ochenta, pero no fue hasta
1992 cuando Agatha estableció un modelo de negocio que le llevó a
lo más alto. Éste está basado en unas licencias que dan permiso a
otras empresas para fabricar, distribuir y vender los productos de la
marca española. Esto le proporciona un amplio abanico de artículos
con las características de la diseñadora pero sin el coste de
fabricación propio.
